DIRECTORIO FRANCISCANO

PREPARACIÓN DEL VIII CENTENARIO
DE LA FUNDACIÓN DE LA
ORDEN DE HERMANOS MENORES

por Fr. José Rodríguez Carballo, Min. Gen. OFM

Los Hermanos Menores, cuando están a punto de cumplirse los 800 años de la fundación de nuestra Orden, con la aprobación por parte de Inocencio III de la Regla de vida, nos preparamos a celebrar La gracia de los orígenes.

Según los historiadores, fue el año 1209 cuando Francisco obtuvo del "señor papa" la aprobación de su "proyecto de vida", o lo que luego se llamaría la "Protorregla". Él mismo nos lo cuenta en su Testamento: "Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me mostraba qué debía hacer, sino que el mismo Altísimo me reveló que debía vivir según la forma del santo Evangelio. Y yo lo hice escribir en pocas y sencillas palabras y el señor papa me lo confirmó" (Test 14-15).

Esta "forma de vida" primitiva se iría ampliando según las necesidades de la Fraternidad, siendo el fundamento de la Regla de 1221 y más tarde de la Regla de 1223, confirmada por Honorio III; textos que a distancia de tantos siglos, siguen siendo referencia esencial para comprender a Francisco y comprendernos a nosotros mismos.

La celebración del VIII Centenario de la fundación de nuestra Fraternidad nos ofrece una oportunidad de gracia para recordar con gratitud el pasado, vivir con pasión el presente y abrirnos con confianza al futuro (cf. NMI 1b). Éste será nuestro modo de celebrar la gracia de los orígenes. Así, al inicio de este tercer milenio, los franciscanos queremos reafirmar nuestra firme voluntad de permanecer fieles a nuestro propio carisma, "viviendo en la Iglesia el Evangelio según la forma observada y propuesta por San Francisco" (CCGG 1 § 1), pero recreándolo hoy a la luz de los desafíos de la vida franciscana.

Los Hermanos Menores, aceptando con gozo la invitación del "señor papa" Juan Pablo II, con la celebración de los 800 años de la fundación de nuestra Orden, queremos, en primer lugar, abrirnos a la gratitud del "altísimo, omnipotente y buen Señor" (Cant 1), del "Padre de las misericordias" (TestCl 2), por las "maravillas" que Dios ha realizado a través de los Hermanos que nos han precedido, muy particularmente por el hermano Francisco, y por las "maravillas" que el Señor, "Dios omnipotente, misericordioso salvador" (AlD 6), sigue realizando, en y por los hermanos y hermanas que caminan decididamente por las sendas de la virtud (cf. 5CtaCl 3). Pero, porque no queremos ni podemos "conformarnos con alabar las obras de nuestros antepasados", pues "es grandemente vergonzoso para nosotros los siervos de Dios que los santos hicieron las obras, y nosotros, con narrarlas, queremos recibir gloria y honor" (Adm 6); sino que deseamos vivamente inspirarnos en ellas para hacer la parte que nos corresponde en nuestra propia historia (cf. Sdp 3), "reconocemos la urgencia de volver a lo esencial de la experiencia de fe y de nuestra espiritualidad para nutrir desde dentro, con la oferta liberadora del Evangelio, a nuestro mundo fragmentado, desigual y hambriento de sentido, tal como hicieron en su tiempo Francisco y Clara" (Sdp 2).

Durante la celebración del gran jubileo franciscano, contemplando la historia de nuestra Orden, los Hermanos Menores reconocemos con gozo que tenemos "una historia gloriosa para recordar y contar". Convencidos, como estamos, de la fuerza y actualidad de la "forma de vida" inspirada por el Altísimo a Francisco, por ser esencialmente una forma de vida evangélica, asumimos con decisión el reto de seguir construyendo una gran historia. Para ello deseamos ardientemente poner los ojos en el futuro, hacia el cual sentimos que el Espíritu nos impulsa para seguir haciendo con nosotros grandes cosas (cf. VC 110). De este modo queremos vivir la gracia de los orígenes "no sólo como memoria del pasado, sino como profecía del futuro" (NMI 3).

[Fraternitas, N.º 105, 1-I-2005]

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