COMUNICADO DEL MINISTRO GENERAL (27-I-06)
SOBRE SU AUDIENCIA CON EL PAPA (26-I-06)
El 26 de enero, me recibió el
Santo Padre, Benedicto XVI. En el encuentro personal hablamos del camino que
está haciendo la Orden, como preparación a la celebración
del VIII Centenario de su fundación, y de las prioridades que tiene la
Orden en estos momentos: dar una mayor calidad a nuestra vida,
evangelización "ad gentes", formación y estudios,
servicio para el diálogo; de nuestra Universidad Pontificia
"Antonianum" y particularmente de la Facultad de Ciencias
bíblicas y Arqueología de Jerusalén; y de la
situación en Herzegovina. También hablamos de algunos problemas
que nos afectan como Orden, particularmente de los abandonos y de la falta de
vocaciones en algunos países.
Aun cuando siguió con mucha
atención todos los puntos señalados, sin embargo puedo decir que
mostró particular interés sobre el proyecto del VIII Centenario,
que juzgó muy apropiado para conseguir una verdadera renovación
de la Orden, y sobre la formación, en especial sobre el discernimiento
vocacional y la formación intelectual, "indispensable para un
diálogo fecundo con la sociedad actual". Sobre el proyecto del VIII
Centenario nos anima a seguirlo fielmente hasta el final, sin desfallecer, pues
"será muy provechoso para la Orden y para la Iglesia". Sobre
el discernimiento vocacional pidió hacerlo con "seriedad y
serenidad" para "poder verificar las verdaderas motivaciones".
Sobre la misión "ad gentes" nos anima a seguir
impulsándola fuertemente.
El Santo Padre me preguntó sobre
algunas situaciones particulares, a las cuales respondí con total
franqueza y sinceridad y sobre las cuales el Santo Padre mostró mucha
comprensión.
Y todo esto en un clima de gran
cordialidad y afecto de su parte hacia nuestra Orden. Os confieso que
tenía la sensación de estar ante un padre que conoce muy bien
nuestro carisma, que conoce bien nuestra Orden y que nos ama. Sí, una
vez más, he podido constatar su cercanía y su amor hacia
nosotros. Tenemos un pastor que nos quiere. Respondamos con generosidad a tanto
amor, viviendo nuestra fidelidad al Evangelio en la Iglesia y en
comunión plena con la Iglesia.
Al final del encuentro le
presenté algunas peticiones en nombre de la Orden, que acogió con
gran benevolencia.
Al término de la audiencia
personal conmigo, recibió a los miembros del Definitorio general, que
pudieron así saludarlo personalmente. El encuentro concluyó con
la Bendición Apostólica que Benedicto XVI impartió a los
presentes y a todos los hermanos de la Orden.
"Para alabanza de Cristo y de su
siervo Francisco".
Fr. José Rodríguez Carballo,
ofm
Ministro general

