Discurso de Juan Pablo II a la Orden franciscana
y al nuevo Ministro General (16 de junio de 2003)
La mañana del lunes
16 de junio de 2003, Juan Pablo II recibió en audiencia a doscientos
miembros de la Orden de Frailes Menores que estaban celebrando en Asís,
junto a la basílica de la Porciúncula, su Capítulo
General. En el curso de los trabajos capitulares fue elegido nuevo Ministro
General, para el próximo sexenio, el padre José Rodríguez
Carballo, español, de la provincia de Santiago. También se
eligieron los restantes miembros del gobierno general de la Orden. Vicario
General, el padre Antonio Franjic, nacido en Cali (Colombia) y miembro de la
provincia franciscana del Véneto (Italia). Definidores o Consejeros
generales: Bernardo Amaral Amaral (de Mozambique), Francesco Bravi (de Italia),
Luis Gerardo Cabrera Herrera (de Ecuador), Finian McGinn (de Estados Unidos),
Juan Ignacio Muro Aréchiga (de México), Sime Samac (de Croacia),
Ambrosio Sî Nguyên Vân (de Vietnam), Miguel J. Vallecillo
Martín (de España) y Jakab Várnai (de Hungría). El
Papa les dirigió un discurso, del que reproducimos a continuación
algunos fragmentas.
Amadísimos Frailes Menores:
3. En el alba del tercer milenio, los
discípulos de Cristo sienten con mayor fuerza la urgencia de la nueva
evangelización. También vuestras Fraternidades comparten este
anhelo apostólico y, fieles a su vocación, están decididas
a llevar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo la buena nueva de la
salvación ofrecida por Cristo a la humanidad. (...).
Queridos Frailes Menores, conservad vuestro
estilo típico, basado en la pobreza y la vida fraterna, en la docilidad
y la obediencia, teniendo fija vuestra mirada en Cristo, como hacía el
«Poverello» de Asís, vuestro padre y maestro. Él
enseña que «el predicador debe, ante todo, alcanzar en el secreto
de la oración lo que después transmitirá en sus discursos.
Primero debe calentarse interiormente, para no proferir exteriormente palabras
frías» (cf. 2 Cel 163).
4. Tended a la santidad. Se trata de una
verdadera urgencia pastoral para nuestro tiempo. A este propósito, en la
carta apostólica Novo millennio ineunte afirmé que
«es el momento de proponer de nuevo a todos con convicción este
"alto grado" de la vida cristiana ordinaria» (n. 31).
Amadísimos hermanos, para ayudar a los demás a buscar a Dios por
encima de todas las cosas, es preciso que vosotros seáis los primeros en
comprometeros en esta ardua pero exaltante ascesis personal y comunitaria,
encontrando en vuestra Regla y en vuestras Constituciones «un itinerario
de seguimiento, caracterizado por un carisma específico reconocido por
la Iglesia» (Vita consecrata, 37).
Ojalá que los trabajos capitulares,
sostenidos por la oración de toda la Orden, contribuyan a acrecentar el
espíritu de humilde escucha de Dios y de adhesión filial a las
directrices de los pastores de la Iglesia que debe caracterizar a los Frailes
Menores. Os asistan san Francisco y los santos protectores de la Orden.
Os acompañe la Virgen María,
a la que veneráis como patrona especial con el titulo de
«Inmaculada». Ella, «Estrella de la nueva
evangelización», haga que estéis siempre dispuestos a
responder con generosidad a la llamada de su Hijo divino. El Papa está
cerca de vosotros y os bendice de corazón a vosotros, a vuestras
Fraternidades y a toda vuestra familia espiritual.
[L'Osservatore Romano, edición
semanal en lengua española, del 20-VI-03]